Por Jose A. Toribio
Llegar a sus casas y encontrar sus pertenencias rebuscadas, cristales rotos
y artículos faltantes se ha convertido en un hecho común para los moradores en
ciertos barrios de la ciudad donde los robos y asaltos son parte de su pan de
cada día.
Y es que al parecer, aquí a los delincuentes se les ha dado tanta
confianza, que roban a cualquier hora y sin importar quien los vea, “total,
nadie dice nada, ni hace nada, porque temen por sus vidas y no confían en una
patrulla que nunca llega”.
Así se expresó como quien siente impotencia, la señora María Liriano
residente en el barrio La Cruz de Mary López a quien en dos ocasiones se le han
entrado los ladrones a su casa “a tempranas horas de la noche, se han atrevido
a romper barrotes, abrir ventanas de cristal y entrarse como si fuera su casa a
sacar lo que deseen” contó indignada.
Y lo más penoso, “es que la gente lo ve y nadie se atreve a decir nada
porque son tantos los casos en que estos delincuentes matan a la gente como si
fueran animales que ya uno tiene miedo y por otro lado, la policía no
reacciona, o sea, que no hay a dónde acudir”.
Dijo Carolina Almonte quien además agregó que “uno se siente acorralado,
sin encontrar qué hacer y a dónde acudir para que se pueda vivir por lo menos
con un poco de seguridad”.
Asimismo indicó que “en la comunidad, la gente sabe quiénes son los
delincuentes, pero no se atreven a decir nada ni a a acusar a nadie, “porque
estamos desprotegidos y uno tampoco quiere que intenten buscar venganza
quitándonos la vida a nosotros y a nuestros familiares”.
Lo cierto es, que ya la gente no encuentra ni qué hacer con esta ola de
delincuencia que aunque algunos opinan que está controlada, otros aseguran que
los tiene arropados y sin ninguna salida aparente.
“Antes, oír decir que asaltaron uno, o que en alguna casa se entraron
los ladrones generaba alarma entre la gente, ahora es algo tan común que lo ven
como normal” dijo la señora para quien hablar del tema se ha convertido en una
pérdida de tiempo.
Otros opinan que los delincuentes están más libres que nunca ahora y como
una muestra ya no esperan a que sea tarde de la noche para hacer sus fechorías,
sino que aprovechan cualquier día y a cualquier hora para robar y asaltar a la
gente que por lo menos en esta ciudad no testifican de que la delincuencia se
ha controlado.
A cualquier hora del dia
A cualquier hora del día se evidencian robos y asaltos en la ciudad. La
gente teme por su seguridad y terminan rindiéndose a la voluntad de los
delincuentes quienes no sólo le roban sus pertenencias sino que además les
amenazan con quitarles la vida.
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